Solemos pensar que la clave de todo es “hacer”
para así “tener” y luego “ser”. Llevar a cabo algunas acciones para tener
ciertas cosas que nos permitan, a su vez, ser conocidos, prestigiosos o
felices. Este esquema no es el más saludable y se podría invertir.
Cuando lo
primero que buscamos es el ser, nuestro hacer es congruente con ese ser, y eso
es lo que da lugar al tener. Solo desde el ser equilibrado, auténtico, íntegro
y compasivo pueden nacer acciones tan diferentes en su cualidad que acaban
cristalizando en nuevas realidades. Es nuestro nivel de consciencia lo que
determina nuestro nivel de ser.
Reinventarse, de Mario Alonso Puig
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