Este verano, un viaje al interior de nuestra consciencia



¿Vives tu vida como un drama?




Es posible que te encuentres a ti misma/o preguntándote por qué te pasan las mismas cosas una y otra vez. ¿Qué te parece, si te digo que lo que se repiten no son las situaciones, sino tus emociones al respecto, es decir, tu manera de reaccionar a las mismas? Tenemos una tendencia cultural a identificarnos con nuestra experiencia; de forma que nosotros somos nuestra experiencia en vez de comprender que nosotros somos los que tenemos una experiencia. Cuando creemos equivocadamente que somos la experiencia que estamos teniendo, cabe la posibilidad de que intentemos restablecer el equilibrio de nuestra experiencia vital mediante un cambio en la naturaleza de nuestro comportamiento, de nuestro aspecto o de nuestras circunstancias vitales. 


Sin embargo, nuestro comportamiento, nuestro aspecto y nuestras circunstancias vitales no son lo que somos: son experiencias que estamos teniendo. Son los atributos de nuestro ego. Cuando intentamos cambiar estos aspectos superficiales de nuestra experiencia externa, terminamos recurriendo siempre al drama. Esto sitúa el centro de nuestra atención en el hecho de juguetear con el efecto de nuestras circunstancias, y no con su causa. Es más, nuestro aspecto, nuestro comportamiento y nuestras circunstancias externas, tal como son justo en este momento, son los efectos acumulados de los problemas no resueltos de nuestro "cuerpo emocional". Así pues, sólo puede darse un movimiento real (un cambio duradero) en nuestra experiencia exterior si ajustamos la resonancia de la causa interna de estas experiencias externas. Es decir, extrayendo la emoción que se sitúa detrás de estas experiencias, reconociéndola y posteriormente dejándola ir. Solo así, podremos salir del circulo vicioso en el que nos hemos instalado.

No pretendamos cambiarnos a nosotros mismos; sino cambiar la calidad de nuestras experiencias.


Puedes aprovechar tus días de vacaciones para iniciar un viaje al interior de la concienciaUna vez accedamos a ella, activando la quietud y el silencio interior, esta conciencia se reflejará automáticamente en nuestra experiencia del mundo exterior. Para activar la conciencia de nuestra presencia interior no hacen falta dramas. El proceso es gratuito y no precisa esfuerzo, y está a la disposición de todos. Lo único que se nos pide a lo largo de este viaje es que creemos los cimientos en nuestra experiencia vital para el silencio y la quietud interior, en los cuales espera pacientemente nuestra presencia interior.

¡Buen viaje!

Publicar un comentario

0 Comentarios