He terminado de leerme el libro del neurólogo Arturo Goicoechea, "Migraña, una pesadilla cerebral". Me ha encantado. En él, ofrece la tesis de que "el cerebro migrañoso, no nace, sino, se va construyendo a lo largo del aprendizaje, influido no solo por la genética, sino principalmente por la información que recoge de su entorno". Gran parte de esta información procede de los profesionales y su contenido facilita el inicio y desarrollo de las crisis. Según él, la migraña contiene la estructura de la fobia, del miedo irracional, de las pesadillas, en este caso centradas en lo que pudiera suceder en el interior del craneo.
Al parecer, algunas personas tenemos un cerebro un tanto asustadizo y miedica, que pone en marcha alarmas fake de peligro para la cabeza y "se activa el programa electrónico de emergencia: los sensores dormidos (un tipo de sensores capaces de generar daño, obviamente solo si se les despierta) aumentan con su presencia la población de micrófonos en la cabeza". "Aún en ausencia de daño, basta la valoración del peligro por parte del cerebro para que traslade la preocupación a la zona bajo sospecha y se produzca allí la liberación de unas moléculas llamadas SP y CGRP" y a partir de ahí... a sufrir.
Es decir, que el hecho de que nos duela la cabeza, sin tener ningún daño en ella, es fruto de una pesadilla de nuestro cerebro, de una falsa alarma. La propuesta para que la cabeza deje de amargarnos la vida, pasa por razonar con nuestro cerebro y convencerle de que nuestra cabeza no está amenazada, nuestro organismo no corre peligro y de que es una falsa alarma. "Confiar en el poder de las convicciones. Respetarlas y construir sólidos argumentos que mantengan un alto grado de confianza en que en la cabeza no sucede nada pero el cerebro está actuando como si fuera a suceder" Y todo esto sin agobiarnos... no vaya a ser que pongamos a prueba la teoría del proceso irónico, o sea, la obstinación del cerebro a negarnos lo exigido imperiosamente.
Hay dos cosas que me gustan mucho de esta tesis del Dr. Goicoechea. La primera es que me ha dado mucha esperanza en poder controlar mi cerebro, con argumentos firmes y convincentes y terminar así con las migrañas que sufro desde hace mucho tiempo. Segundo, la importancia que le da a la educación y la cultura en la transmisión de creencias, que en este caso inciden en el desarrollo de este síndrome. Esto, lo relaciono yo con gran parte de mi trabajo en las psicoterapias, para detectar las creencias que nos limitan y cambiarlas por otras que nos permitan crecer. Para ello, la psicología cognitiva-conductual, la psicología positiva y las terapias de tercera generación como el Mindfulness, son una gran ayuda.
En este campo, es verdad, que juego con ventaja. El conocimiento de las técnicas que se pueden aplicar me facilita convencer a mi cerebro y poder poner en marcha todas las sugerencias que el Dr. Goicoechea propone. Ya he comenzado y de momento... tiene buena pinta. Mi cerebro parece estar aceptando los argumentos y el dolor va desapareciendo. Sé que es cuestión de tiempo y constancia. La meditación, dos veces al día, también me está ayudando mucho.
Si sufrís de migraña, desde aquí, os animo a compraros el libro: "Migraña, una pesadilla cerebral" de Arturo Goicoechea. Es una revelación.
Si necesitáis ayuda para convencer a vuestro cerebro, siempre podéis acudir a vuestra psicóloga de cabecera. Recordad que no solo estamos para tratar trastornos mentales, sino para ayudaros en vuestra vida cotidiana, con herramientas y recursos que os hagan la vida más fácil. Consigue que tu cerebro sea tu mejor aliado.
1 Comentarios
Me ha parecido muy interesante este tema, iré a comprar el libro mañana, ya te contaré el resultado.
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