Cerrar una puerta emocional es un trago amargo. Tomar la decisión de poner el punto final a una relación de pareja que nos ha hecho felices en el pasado, muestra que somos personas valientes y queremos dar a nuestra vida lo que en un momento tuvimos, además de añadirle aquellos elementos que faltaron. Todos tememos la soledad en mayor o menor medida, pero los miedos no deben echarnos atras.
Lo que me parece más importante es aprovechar esa situación para hacer un pequeño análisis de nuestra manera de vivir. ¿Somos todo lo conscientes que deberíamos para disfrutar de todas las cosas? ¿O estamos a menudo ausentes, distantes con nuestro entorno?
Todos nos merecemos un amor apasionado que a la vez sea sincero, respetuoso y atento a nuestras necesidades. Conformarnos con menos es poner parches que un día u otro caen.
Así que ánimo. No estarás solo/a en el camino.
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